Día 17 de Septiembre, este edificio comienza a congelarse, mi reloj enfría mi muñeca tal cual hielo, una silla incómoda me cansa la espalda, mi capuchino ya casi tibio por la temperatura ambiente, un celular que no para de sonar, mi tobillo me duele por la fractura de hace años, el frío me hace recordar esa cicatriz cada invierno, lo extraño es que no es invierno, solo un verano pasivo son nada mas que lluvia, días festivos lo llamamos, tradición y costumbre en México, perdida de tiempo y holgazanería ante los ojos del mundo, aun así, disfrutamos de varios días de descanso, se supone debería ser mejor para mi pero en vez de eso me siento cansado, con fatiga y pesadez en mis ojos, acaso el desvelo del “grito mexicano”, acaso lo tedioso de este día, el frío quizás o simplemente mi indiferencia, mis ganas de no estar aquí, mi alivio de ser quien soy, la satisfacción de soñar día a día y levantarme igual que siempre sonriente y agradecido por estar donde estoy, a disgusto con los demás tal vez, no, no puede ser, hoy nadie me molesta, eso es!!!, ahora mi mente se aclara, “nadie me habla”, todos sienten lo mismo, esta pesadez, ahora veo claro, ahora entiendo mi aburrimiento, no soy yo es la oficina entera, todos están cansados, tal cual sábado después de fiesta, ahora es miércoles pero todos están pasivos, agotados y sin ganas de decir nada, ah!!! y yo que creía tener melancolía, no es mas que una nostalgia de grupo, algo así lo llaman los locos psicólogos…. Que alivio ahora sonrió ja!!!, y yo que no podía ni levantar la mirada, ahora sonrió como un loco para mi mismo…. El frío, ese frío ya ni lo siento, pesadez?, noooo ahora los se no soy yo… son ellos….
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